A la eterna discusión con tu amigo sobre “mi madre hace la tortilla mejor que la tuya” solo podemos decir que, probablemente, los dos tenéis razón. Tu madre es única (y la tortilla que hace también). Y es que no hay una madre igual que otra. Más sabelotodo, más insistente o más “colega”. Hay tantos tipos de madre como peces en el mar, aunque en el terreno de la publicidad los estereotipos maternos salen a relucir.